agosto 07, 2010

Magnificas criaturas.....

Si hay una criatura mítica que siempre me ha fascinado con su misticismo es sin duda el dragón, pero primero conozcamos un poco mas de el, el dragón es un animal mitológico que aparece en diversas formas en varias culturas de todo el mundo, con diferentes simbolismos asociados. Las interpretaciones más familiares de dragones son los Dragones europeos, derivados de la tradición popular y de la mitología de Grecia y Próximo Oriente, y también las de Dragones chinos. La palabra dragón deriva del griego δράκων (drákōn), "dragón, serpiente de gran tamaño, o serpiente de agua", que probablemente venga del verbo δρακεῖν "ver claramente". La figura del dragón juega un papel importante como un dios y un guardián. Se trata de un ser poderoso y respetable, en algunas civilizaciones es reconocido también por poseer gran sabiduría. Los dragones tienen un significado espiritual en varias religiones y culturas del mundo. Las culturas occidentales y orientales han imaginado reptiles gigantes y alados; puede ser por el contacto con gaviales, cocodrilos y caimanes y al hallazgo de fósiles de dinosaurios mezclados con otros de animales voladores.


Se ha creido que los dragones realmente existieron y/o existen basándose en que en cada cultura ha hablado de dichas criaturas desde mucho antes que tuvieran comunicación entre sí, sin embargo el hecho de que existan fósiles de dinosaurios en todo el mundo puede ser una explicación fiable para entender ese fenómeno. El mito de los dragones se fortaleció en la europa medieval. La razón por la cual estos seres fantásticos han sido asociados con el mal, se debe en gran parte a leyendas, historia populares y al mito de Drácula, príncipe Vlad Tepes, Dracull o Dracula que en rumano significa dragón o demonio. Según estas leyendas, los dragones podían atemorizar a pueblos enteros. En muchas culturas orientales los dragones eran, y en algunos cultos son todavía, reverenciados como representantes de las fuerzas primitivas de la naturaleza y el universo. En Oriente, el dragón siempre se ha considerado una criatura benéfica y un símbolo de buena fortuna. A diferencia de sus congéneres occidentales, los dragones orientales no escupen fuego ni tienen alas, aunque normalmente pueden volar gracias a la magia. Un dragón típico de Oriente tiene cuernos de ciervo, cabeza de caballo, cuello de serpiente, garras de águilas, orejas de toro y bigotes largos como los de los gatos. En las leyendas chinas hay dragones que vigilan los cielos, dragones que traen la lluvia, y dragones que controlan los ríos y arroyos. En Japón, donde se los tiene por seres sabios, amables y siempre dispuestos a ayudar, los dragones han sido, durante siglos, el emblema oficial de la familia imperial.


Para la mitología eslava, el dragón era una de las formas que adoptaba el dios Veles, señor del Mundo Subterráneo, adversario de Perún, dios del trueno. Los cristianos heredaron la idea hebrea del dragón, que aparece en el Apocalipsis, del apóstol Juan, y en otras tradiciones posteriores. En el arte cristiano del Medievo simboliza el pecado y al aparecer bajo los pies de los santos y mártires representa el triunfo de la fe y los reinos cristianos sobre el diablo. La leyenda de San Jorge y el dragón, ilustrada en la figura de la derecha, muestra claramente este significado. La mitología moderna ha empleado recurrentemente el símbolo del dragón extendiendo supervivencia en el imaginario; pero también ha usado su imagen reduciéndolo a un poderoso monstruo casi invencible. Las múltiples apariciones de dragones, sin embargo, hacen uso frecuente de elementos tradicionales e innovadores en la criatura que amplían sus alcances y estimulan más la imaginación. Encontramos así dragones de orejas largas, alas mecánicas, que escupen hielo, dragones sin cola, zombies, humanoides, comedores de pasto, magos, etc. Como ejemplos representativos se pueden mencionar los dragones del legendarium de J. R. R. Tolkien, cuyo máximo exponente es el Smaug de El hobbit, los dragones de las novelas de Memorias de Idhún, de Laura Gallego García, o los dragones que constituyen uno de los elementos más relevantes del universo del juego de rol Dungeons & Dragons. También podemos encontrar a Fujur en La historia Interminable. Y tantos y tantos ejemplos mas.

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